lunes, 16 de julio de 2007

La felicidad es un plato vacio

Felicidad, como amor, es una de tantas palabras grandes, de esas que quieren abarcar mucho y no aprietan nada; un plato al que se le derrama el contenido por los bordes.
Que la felicidad es un concepto erróneo es algo que queda claro cuando tal concepto se muestra divisible, compuesto además de aleatorio y dependiente de la circunstancia. Si se está enfermo, la felicidad es la salud; si se es pobre, el dinero, y si se está solo, la compañía.
Cuando mejor me siento -aparte de cuando encuentro un buen sillón- es cuando me siento vacío, cuando me tomo y percibo a mí mismo como recipiente, no como contenido.
Con el plato vacío, casi cualquier cosa me parece apetecible.

55 comentarios:

´´ dijo...

Bueno en el blog de chiqui he dicho que la felicidad es una palabra . Yo soy partidario de la inocencia vital en el buen sentido , es otro concepto , pero creo que se entiende .

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Perfectamente.

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Y tan perfectamente se entiende que no creo que lleguen a ser un conceptos diferentes, sino variaciones del mismo tema. Porque esa inocencia, que tiene que ver con la mirada curiosa y limpia del niño, depende de la capacidad hidrófila de la criatura joven; de su vacuidad.

Anónimo dijo...

me ha gustado mucho la imagen del plato vacío. con este tema como con otros no soy capaz de decir nada medianamente interesante, me quedo muda, asi que cuando veo expresado tan bien la idea que no soy capaz de hacer yo, solo me queda decir me ha gustado mucho. se me entiende? qué quieres esta manía mía de leer y comentar a estas horas... a lo mejor luego se me ocurre algo más interesante, pero no creo

me ha gustado mucho. sdos

Anónimo dijo...

por cierto, tu blog marca una hora menos (estás en canarias o es cosa del mac que se retrasa? jejeje). es una tontería, pero he visto mi comentario, he visto las 6:08 y he pensado, ya me he equivocado de hora!!! qué hago despierta a estas horas?? no no, está bien...

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Hanako, vamos por una frase mañanera:
Tu respuesta "muda" es otro plato vacío.

O sea, se te entiende "tres bien", como a Francis, sus diferencias -que no creo que sean tantas-, están "tres bien" también.

Lo de la hora es cosa de Blogger, aunque yo casi nunca sé qué hora es, y a veces ni el día o el año. Cosas de la vacuidad.

´´ dijo...

coco

Pero la gente habla de la felicidad como un estado y mi idea de la inocencia es una actitud .

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Francis, a mí me parece que aunque en general se hable de "ser feliz", como se habla de a quien le toca la lotería, a la vez se mantiene esa actitud de "buscar la felicidad" y se empeña el esfuerzo en ser feliz. Quiero decir que se adoptan medidas y se planea como conquistar esa felicidad. Es una actitud, también, pero parece que se plantee como una batalla...Y yo creo que estar bien o a gusto, tiene que ver más bien con la ley del mínimo esfuerzo. Para mí ese estar bien sería tan sencillo como sentarse a giñar. Sale sólo si no estás estreñido.
El estreñimiento, el error más común del que persigue la felicidad, es ese otro concepto equivocado que complementa al de la felicidad: La intención de no sentirse nunca mal.
Dicho con un trabalenguas, "estar bien" vendría a ser estar como se está, sin querer estar como no se está todavía o como se estuvo cuando recordamos que estuvimos bien.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, Coco.
Para mí sería algo así como una aceptación de uno mismo y de todo lo que le pasa, sin intentar imponerse.
Una especie de ley del mínimo esfuerzo respecto a la felicidad, una falta resistencia ante los acontecimientos.
Difícil de conseguir por la sencillez consciente que supone.
Saludos

Anónimo dijo...

Ostras, Coco, leí tu comentario ayer y al escribir hoy sin releerte y a hurtadillas resulta que repito lo mismo que dices y con tus mismas palabras. ¡Eso sí que es estar de acuerdo! Sorry.

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Gopita, ¿Cómo te voy a perdonar el que estemos de acuerdo? Eso no tiene perdón, y si no fuera por lo cansado que es, argumentaría a la contra. Hasta ahora.
(Cansancio. El otro día entré en lo de Chiqui a saludar y me despedí diciendo que me iba a llenar un poco el plato, o sea, a trabajar).

Anónimo dijo...

como contrapunto, ayer terminé de leer una novela de Bukowsky (tenías otra entrada, ya pero esta está mas cerca), "La senda del perdedor": joder, no existe el concepto de plato vacío, ni medio lleno, ni lleno entero, no existe... ya ya es literatura, díselo al personaje que se empeña en ir conmigo a todas partes... desvaríos. sdos

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Contrapunto no sé, para Bukowski sería un vaso vacío en vez de un plato... Es que es lo mismo, Hanako, ¿tú crees que ese hombre hacía planes para llegar a estar de esta o aquella manera, para sentirse mejor o peor consigo mismo en el futuro, para enmendar lo que le pasó? Al tipo le importaba un pimiento, lo que quería era emborracharse y follar y entre polvo y borrachera, recuperándose para la siguiente, contarlo. Y que le pasara lo que tuviera que pasarle. ("Cuando me pasa algo malo, bebo para alegrarme. Cuando me pasa algo bueno, bebo para celebrarlo, y cuando no me pasa nada, bebo para que me pase algo").
No creo que importe mucho si te lastras en el momento usando alcohol, grifa, oxigeno, azúcar glass+emulgentes+saborizantes autorizados, yoga, sexo o coca. Unas sustancias/actividades te cobran más, y otras menos peaje, es lo de menos.
Creo que lo que es común es la idea de no perseguir una idea concreta de lo que se quiere por ser excluyente de lo que se podría tener, de "lo que hay".
No creo que sea tanta literatura lo de Bukowski. Los escritores que van de escritores literarios lo detestan por eso. A mí me acompaña como nadie, me cuenta las cosas como un colega, sin barreras estilísticas ni florituras; (aunque le deba mucho de la entonación a gente como Miller) tiene una voz limpia.
Hasta ahora.

Anónimo dijo...

una voz descarnada. es lo primero que leo suyo, tampoco conozco mucho su vida y su obra, pero estoy de acuerdo contigo. supongo que estoy en la fase de impresionada (me pasó también con Trópico de Cáncer cuando lo leí...). sdos

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Pues te tengo mucha envidia por lo que tienes por delante por leer. Mujeres, Cartero, Factótum y las recopilaciones de cuentos, en fin...Creo que todo, dejando fuera Pulp, (novela que me parece que publicaron después de que muriese y de la que yo mantengo mis dudas de su autoría...o de que la escribiera con más de doce años, cuando debía soñar con convertirse en Hemingway o Chandler).
Qué bueno Miller, también, aunque yo a veces tropiezo con eso que nunca le encuentro al Chinaski, "la gran parrafada literaria" en la que dejar claro que es algo más que un tipo de vida barriobajera.
Aún así, cuanto acompaña, también.
Es que, la verdad, cada día encuentro menos sentido a la virguería estilística en la narrativa.
En tiempos de Conrad, vale. No tenían cine y podían y debían tirarse dos páginas describiendo los matices de color de un atardecer...¿Pero ahora?

´´ dijo...

Hombre el estilo es importante , Cristobal Serra es un estilista y me encanta

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Para ser un estilista no hay que ser un amante del salto mortal estilístico. El de Bukowski era un estilo de la eficacia, le sobran muy pocas palabras, por eso a mucho amante de la palabrería le parece que no lo tiene; pero él mismo decía que lo primero a la hora de escribir es eso, el estilo...(Yo creo que lo aprendió de Chandler).

Anónimo dijo...

¿ahora?
Coco, yo sigo necesitando que me expliquen los doscientos nombres que tiene la nieve como si fuera un esquimal, y que las imágenes, y los sonidos que producen las palabras me despierten el tacto, la temperatura, el color, la dureza y el crujir.
La imagen me sirve, me encanta, la uso, pero me da una idea más borrosa, general. Se me olvida más fácilmente. Yo no la sé apreciar en su inmensidad. Me dura menos.
¿me explico? A veces no lo sé.

Anónimo dijo...

Entiendo no obstante lo dicho, que te refieres a las largas descripciones realistas, que en efecto, a mí tampoco me interesan mucho, pero lo que yo he dicho, sigo diciendolo.
Perdón, estoy un poco espesa por la caipiriña de ayer noche, y aún balbuceo

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Cuaqui, si los esquimales tienen 200 palabras para nombrar la nieve por distinguir esas mismas calidades diferentes es porque le tienen apego a la nieve-a la realidad- no a la retórica...
Pero puedo entender que tú le saques más jugo a la literatura cuando esta trata de ser más literaria, o sea, que disfrutes más de las 200 palabras esquimales que la definen que de la nieve en sí.

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Quiero decir que si una nieve algo grisácea indica que tiene hielo sólido debajo, el esquimal mantiene su pellejo por recordar el dato que le indica donde pisar o donde esperar que asome una foca o...Así que puestos a aplicar esas 200 palabras desconocidas en una narración, las usaría en el contexto vital del esquimal -por acompañarlo en su realidad-, que es donde cobran sentido, y nunca por su sonoridad o efecto idiomático al chocar con el tono del castellano. Son enfoques diferentes que definirían resultados estilísticos distintos.

Anónimo dijo...

Pero tampoco hace falta ser esquimal, ni salir a cazar focas.
Por ejemplo:

Mi corazón es una llanura antártica.
Un solo quejido sería suficiente para quebrar la inmensa superficie helada.
Un solo quejido abriría surcos y canales en el hielo sumergido del iceberg
Propiciando el polvoroso derrumbe.
Por eso, no digo ni mu
Ni fu.

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Es que tú eres poetisa, por eso puedes hablar de todo a la vez que de nada en concreto. Yo, que soy refractario a la poesía, sólo puedo hablar así de ampliamente cuando me pongo cínico.
Diferencias de estilo...

´´ dijo...

coco

no te gusta ningun poeta , creo que igual te podria gustar Fonollosa , te dejo un enlace

http://amediavoz.com/fonollosa.htm

Si ya lo has leido y no te mola , pues entonces nada .

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Francis el problema no es con los autores, es con el medio. El concepto de forma artística suprema, esa aspiración de destilado de sensibilidad, me da urticaria.
Por hacer una imagen, es como si el sofrito de la paella lo hicieran en vez de con ajos y tomates, con langostinos. Como si en vez de alegrar la vista con guisantes, lo hicieran con langostinos...Y para qué lo vamos a dejar así, en vez de arroz, habiendo langostinos, que sean langostinos. Tampoco nadie querría empujar la paella con pan si queda algún langostino...Ni beber agua, si podemos echar unos langostinos en la licuadora.
Es mi idea de empacho de lo excelso.

Anónimo dijo...

Coco, un extracto del libro de Gombrowicz que te comenté:

Contra Los Poetas
por Witold Gombrowicz


Sería más razonable de mi parte no meterme en temas drásticos porque me encuentro en desventaja. Soy un forastero totalmente desconocido, carezco de autoridad y mi castellano es un niño de pocos años que apenas sabe hablar. No puedo hacer frases potentes, ni ágiles, ni distinguidas, ni finas, pero ¿quién sabe si esta dieta obligatoria no resultará buena para la salud? A veces me gustaría mandar a todos los escritores del mundo al extranjero, fuera de su propio idioma y fuera de todo ornamento y filigranas verbales, para comprobar qué quedará de ellos entonces. Cuando uno carece de medios para realizar un estudio sutil, bien enlazado verbalmente, sobre, por ejemplo, las rutas de la poesía moderna, empieza a meditar acerca de esas cosas de modo más sencillo, casi elemental y, a lo mejor, demasiado elemental.
No cabe duda de que la tesis de esta nota: que los versos no gustan a casi nadie y que el mundo de la poesía versificada es un mundo ficticio y falsificado, parecerá desesperadamente infantil; y, sin embargo, confieso que los versos no me gustan y hasta me aburren un poco. Lo interesante es que no soy un ignorante absoluto en cuestiones artísticas ni tampoco me falta la sensibilidad poética; y cuando la poesía aparece mezclada con otros elementos, más crudos y prosaicos, por ejemplo en los dramas de Shakespeare, en las obras de Dostoievski, de Pascal, o, sencillamente en el crepúsculo cotidiano,tiemblo como cualquier mortal. Lo que difícilmente aguanta mi naturaleza es el extracto farmacéutico y depurado de la poesía que se llama "poesía pura" y, sobre todo, cuando aparece versificada. Me cansa el canto monótono de esos versos, siempre elevado, me adormecen el ritmo y la rima, me extraña dentro del vocabulario poético cierta "pobreza dentro de la nobleza" (rosas, amor, noche, lirios), y a veces sospecho que todo ese modo de expresión y todo el grupo social que a él se dedica padecen de algún defecto básico.
Yo mismo creía al principio que esto se debía a una particular deficiencia de mi "sensibilidad poética" pero cada vez tomo menos en serio los slogans que abusan de nuestra credulidad. No hay cosa más instructiva que la experiencia y por eso empecé a realizar algunas muy curiosas: leía cualquier poema alterando intencionalmente su orden de tal suerte que se convertía en un absurdo y ninguno de mis oyentes (finos y cultos, por cierto y fervientes admiradores de aquel poeta) advertía la treta; o, analizando en forma detallada el texto de un poema más extenso, comprobaba con asombro que los "admiradores" ni siquiera lo habían leído completo. ¿Cómo puede ser esto entonces? ¿Admirarlo tanto y no leerlo? ¿Gozar tanto de la "precisión matemática" de las palabras y no percibir una fundamental alteración en el orden de la expresión? Pero lo que pasa es que todo este cúmulo de ficticios goces, admiraciones y deleites está basado sobre un convenio de mutua discreción: cuando alguien declara que le encanta la poesía de Valéry es mejor no acosarlo demasiado con indiscretas investigaciones, porque entonces se pondría en evidencia una realidad tan distinta de todo lo que nos imaginamos, y tan sarcástica, que nos sentiríamos sumamente molestos. El que deja por un momento las conversaciones del juego artístico, enseguida tropieza con un enorme montón de ficciones y falsificaciones, cual un escolástico escapado de los principios aristotélicos.
Me encontré, pues, cara a cara con el siguiente dilema: miles de hombres hacen versos; otros miles les demuestran gran admiración; grandes genios se expresan por medio del verso; desde tiempos inmemoriales el poeta y los versos son venerados; y frente a esa montaña de gloria -yo, con mi convicción de que la misa poética se efectúa en el vacío casi completo.
¡Valor, señores! En vez de huir de ese hecho expresamente, tratemos de buscar sus causas como si fuese un hecho como cualquier otro.



Poesía pura y azúcar puro

¿Por qué no me gusta la poesía pura? Por las mismas razones por las cuales no me gusta el azúcar "puro". El azúcar encanta cuando lo tomamos junto con el café, pero nadie se comería un plato de azúcar: sería ya demasiado. Es el exceso lo que cansa en la poesía: exceso de la poesía, exceso de palabras poéticas, exceso de metáforas, exceso de nobleza, exceso de depuración y de condensación que asemejan los versos a un producto químico.
¿Cómo hemos llegado a este grado de exceso? Cuando un hombre se expresa en forma natural, es decir en prosa, su habla abarca una gama infinita de elementos que reflejan su naturaleza entera; pero he aquí que vienen los poetas y proceden a eliminar gradualmente del habla humana todo elemento apoético, en vez de hablar empiezan a cantar y de hombres se convierten en bardos y vates, consagrándose única y exclusivamente al canto. Cuando un trabajo semejante de depuración y eliminación se mantiene durante siglos llégase a una síntesis tan perfecta que no quedan más que unas pocas notas y la monotonía tiene que invadir forzosamente el campo del mejor poeta. El estilo se deshumaniza; el poeta no toma como punto de partida la sensibilidad del hombre común sino la de otro poeta, una sensibilidad "profesional" y, entre los profesionales, se crea un lenguaje tan inaccesible como los otros dialectos técnicos; y, subiendo unos sobre los hombros de otros, forman una pirámide cuya punta ya se pierde en el cielo, mientras nosotros nos quedamos abajo algo confundidos. Pero lo más importante es que todos ellos se vuelven esclavos de su instrumento porque esa forma es ya tan rígida y precisa, sagrada y consagrada que deja de ser un medio de expresión: y podemos definir al poeta profesional como un ser que no se puede expresar a sí mismo porque tiene que expresar los versos.
Por más que se diga que el arte es una especie de clave, que el arte de la poesía consiste precisamente en lograr una infinidad de matices con pocos elementos, tales y parecidos argumentos no ocultarán el primordial fenómeno de que con la máquina del verbo poético ha ocurrido lo mismo que con todas las demás máquinas, pues en vez de servir a su dueño se ha convertido en un fin en sí; y, francamente, una reacción contra ese estado de cosas parece aún más justificada aquí que en otros campos porque aquí estamos en el terreno del humanismo "par excellence". Existen dos formas de humanismo básicas y diametralmente opuestas: una que podríamos llamar "religiosa" que coloca al hombre de rodillas ante la obra cultural de la humanidad y otra, laica, que trata de recuperar la soberanía del hombre frente a sus dioses y sus musas. El abuso de cualquiera de estas formas tiene que provocar una reacción y es cierto que una reacción así contra la poesía sería hoy totalmente justificada porque,de vez en cuando, hay que parar por un momento la producción cultural para ver si lo que producimos tiene todavía alguna vinculación con nosotros. Posiblemente los que han tenido la oportunidad de leer algún texto artístico mío se sentirán extrañados por lo que digo, ya que soy en apariencia un autor típicamente moderno, difícil, complicado y aun a veces -quien sabe- aburrido. Pero, téngase en cuenta que yo no aconsejo a nadie prescindir de la perfección ya alcanzada, sino que considero que esta perfección, este aristocrático hermetismo del arte deben ser compensados de algún modo y que, por ejemplo, cuanto más el artista es refinado, tanto más debe tomar en cuenta a los hombres menos refinados y cuanto más es idealista tanto más debe ser realista. Este equilibrio a base de compensaciones y antinomias es el fundamento de todo buen estilo, más, en los poemas no lo encontraremos, y tampoco se puede notar en la prosa moderna influenciada por el espíritu de la poesía. Libros como "La muerte de Virgilio", de Herman Broch o aun el celebrado "Ulises" de Joyce resultan imposibles de leer por ser demasiado "artísticos". Todo allí es perfecto, profundo, grandioso, elevado y, al mismo tiempo, nada nos interesa porque sus autores no lo han escrito para nosotros sino para el Dios del Arte.
Pero la poesía pura además de constituir un estilo hermético y unilateral, constituye también un mundo hermético. Y sus debilidades aparecen con más crudeza aún, cuando se contempla el mundo de los poetas en su aspecto social. Los poetas escriben para los poetas. Los poetas son los que rinden homenaje a su propio trabajo y todo este mundo se parece mucho a cualquier otro de los tantos y tantos mundos especializados y herméticos que dividen la sociedad contemporánea. Los ajedrecistas consideran el ajedrez como la cumbre de la creación humana, tienen sus jerarquías, hablan de Capablanca como los poetas hablan de Mallarmé y, mutuamente, se rinden todos los honores. Pero el ajedrez es un juego mientras que la poesía es algo más serio y lo que resulta simpático en los ajedrecistas, en los poetas es signo de una mezquindad imperdonable. La primera consecuencia del aislamiento social de los poetas es que en el mundo poético todo se hincha, y aún los creadores mediocres llegan a adquirir dimensiones apocalípticas y, por el mismo motivo, los problemas de poca monta cobran una trascendencia que asusta. Hace tiempo hubo entre los poetas una gran polémica sobre la famosa cuestión de las asonancias y parecía que la suerte del universo dependía del hecho de si es posible rimar "espesura" y "susurran". Es lo que sucede cuando el espíritu gremial domina al universal.
La segunda consecuencia es aún más desagradable: el poeta no sabe defenderse de sus enemigos. Y así vemos cómo en el terreno personal y social se pone en evidencia la misma estrechez de estilo que hemos mencionado más arriba. El estilo no es otra cosa sino una actitud espiritual frente al mundo, pero hay varios y el mundo de un zapatero o de un militar tiene poco que ver con el mundo de los versos: como los poetas viven entre ellos y entre ellos forman su estilo, eludiendo todo contacto con ambientes distintos, quedan dolorosamente indefensos frente a los que no comparten sus credos. Lo único que son capaces de hacer, cuando se ven atacados es afirmar que la poesía es un don de los dioses, indignarse contra el profano o lamentarse por la barbarie de nuestros tiempos lo que, por cierto, resulta bastante gratuito. El poeta se dirige sólo a aquel que ya está compenetrado con la poesía, es decir a uno que ya es poeta, pero esto es como si un cura endilgara su sermón a otro cura. ¡Cuánta más importancia tiene, sin embargo, para nuestra formación el enemigo que el amigo! Sólo frente al enemigo podemos verificar plenamente nuestra razón de ser y sólo él nos procura la clave de nuestros puntos débiles y nos pone el sello de la universalidad. ¿Por qué, entonces, los poetas huyen ante el choque salvador? Ah, porque carecen de medios, de actitud, de estilo para afrontarlo. ¿Y por qué les faltan estos medios? Ah, porque eluden el choque.



El vate y el ridículo

La más seria dificultad de orden personal y social que debe afrontar el poeta proviene de que él, considerándose superior como sacerdote de la poesía, se dirige a sus oyentes desde más arriba; pero los oyentes no siempre reconocen su derecho a la superioridad y no quieren oírlo desde abajo. Cuanto más aumenta el número de personas que ponen en duda el valor de los poemas y faltan el respeto al culto, tanto más delicada y cercana al ridículo se vuelve la actitud del vate. Mas, por otra parte, crece también el número de los poetas y a todos los excesos de la poesía ya enumerados hay que añadir el exceso de bardos y el exceso de versos.


Estas ultrademocráticas cifras minan desde el interior la aristocrática y orgullosa actitud del mundo de los poetas y nada más comprometedor, en ese Gombrowicz sentido, que cuando se los ve a todos reunidos, por ejemplo, en un congreso:una muchedumbre de seres excepcionales. Un artista que en verdad se preocupe por la forma buscaría alguna salida a este callejón, porque sin duda estos problemas en apariencia sólo personales están estrechamente vinculados con el arte y la voz del poeta no suena bien, ni puede ser seria y convincente mientras él mismo quede ridiculizado por tales contrastes.
Un artista creador y vital no vacilaría en cambiar totalmente de actitud y, por ejemplo, él desde abajo se dirigiría a la gente: como el que pide el favor de ser reconocido y aceptado o como el que canta pero al mismo tiempo sabe que aburre. Podría también proclamar públicamente esas antinomias y escribir sus versos sin estar satisfecho de ellos y anhelando ser cambiado y renovado por el choque regenerador con los demás hombres. Pero no es posible exigir tanto a los que dedican toda su energía a la "depuración" de su rima. Los poetas siguen agarrándose febrilmente a una autoridad que no tienen y embriagándose a sí mismos con la ilusión del poder. ¡Qué ilusos! De cada diez poemas uno por lo menos cantará el poder del Verbo y la elevada misión del Poeta lo que, justamente, demuestra que el Verbo y la Misión están en peligro... y los estudios o reseñas sobre poesía nos procuran una rara impresión: porque su inteligencia, sutileza y finura están en contraste con el tono que es a la vez ingenuo y pretencioso. Todavía no han comprendido los poetas que de la poesía no se puede hablar en tono poético y por eso sus revistas están llenas de poetizaciones sobre la poesía muy a menudo horripilantes por su estéril malabarismo verbal. A esos pecados mortales contra el estilo los lleva el temor que sienten ante la realidad y la necesidad de encontrar a toda costa una afirmación de su quebrantado prestigio.



Formas de la salvación

La ceguera voluntaria se nota también en ese simplismo tremendo en que caen hombres, por otra parte muy inteligentes, cuando se trata de su suerte. Muchos poetas pretenden salvarse de las dificultades expuestas más arriba declarando que ellos escriben sólo para sí mismos, para su propio goce estético aunque al mismo tiempo hacen lo posible por publicar sus obras. Otros buscan la salvación en el marxismo y afirman con toda seriedad que el pueblo es capaz de asimilar sus refinadísimos y difíciles poemas, productos de siglos de cultura. Ahora la mayoría de los poetas cree firmemente en la repercusión social de los versos y nos dirán extrañados: "Pero cómo puede usted dudar... Vea las muchedumbres que asisten a cada recital poético. ¡Cuántas ediciones se publican! Cuánto se escribe sobre la poesía y cuán admirados son los que conducen a los pueblos
por el camino de la Belleza."
No se les ocurre pensar que en un recital poético es casi imposible asimilar un verso (porque no basta escuchar un verso moderno una sola vez para entenderlo), que miles de libros se compran para no ser leídos nunca, que los que escriben en los periódicos sobre poesía son poetas y que los pueblos admiran sus poetas porque necesitan mitos. No se dan cuenta que si las escuelas no enseñasen a los niños el culto de los poetas en sus tristes y tan formales clases de idioma nacional y si este culto no se mantuviera todavía por inercia entre los adultos nadie, fuera de unos pocos aficionados, se interesaría en ellos. No quieren ver queja supuesta admiración por el canto versificado es en realidad el resultado de muchos factores como la tradición, la imitación y, aun otros como el sentimiento religioso o la afición deportiva (porque asistimos a un recital poético del mismo modo que a una misa -sin comprenderlo- y sólo cumpliendo un acto de presencia frente a un rito; y porque nos interesa la carrera de los poetas hacia la gloria así como nos interesan las carreras de caballos); no, ese complicado proceso de la reacción de las multitudes se reduce para ellos a la fórmula: "el verso encanta porque es bello..."
Que me disculpen los poetas. Yo no los ataco para molestarlos y gustoso tributaré homenaje a los altos valores personales de muchos de ellos; sin embargo ya se ha colmado el cáliz de sus pecados. Hay que abrir las ventanas de esta hermética casa y sacar sus habitantes al aire fresco, hay que sacudir la pesada, majestuosa y rígida forma que los abruma. Poco me importa que digáis pestes de mí y de mi nota. -¿Acaso puedo esperar que aceptéis un juicio que os quita la razón de ser?- Y, además, mis palabras están destinadas a la nueva generación. El mundo se vería en situación desesperada si cada año no entrase un nuevo contingente de seres humanos, frescos, libres del pasado, no comprometidos con nadie ni con nada, no paralizados por puestos, glorias, obligaciones y responsabilidades, seres, en fin, no definidos por lo que ya han hecho y por lo tanto, libres para elegir.

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Pajarito, con este chorizo criollo que has colgado se te perdona la pérdida de la tarta de manzana del otro día.
Sólo puedo decir que estoy de acuerdo con el texto punto por punto y langostino por langostino.

Anónimo dijo...

Salvando las distancias, leer este libro de Gombrowicz ha sido para mí algo similar a lo que fueron en su día las opiniones de Nietzsche en su Anticristo: un contrapeso necesario.

Un abrazo

Por cierto, yo sofrío ligeramente los langostinos en el aceite que va a servir para hacer el sofrito de la paella. Aunque de eso sabe más Joaquinita...

´´ dijo...

coco

vale .

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Francis, ¿has leído lo de Gombrowicz? Estés de acuerdo o no, creo que vale la pena.

´´ dijo...

COCO

Este texto esta muy bien , a que libro pertenece ? .

Sobre lo que dice , bueno creo que Albert Pla va en esa linea en el Azua blog , no digo que llegue al nivel reflexivo del texto , pero la actitud si seria esa .

A mi me gusta bastante la poesia , quiza si que es algo artificial , pero mucha prosa tambien , Marias , Serra , Aira , son artificiales , me gusta la literatura artificial , mucha gente , tu has citado en alguna ocasion a Bukowski , busca que la literaratura le acompañe y esa seria su funcion mas preciada , poder dialogar durante tu vida con un escritor , pero yo no encuentro a ninguno , un poeta acopañando seria un poco peñazo , asi que para mi la literatura es mas algo estetico y a veces me va una estetica cursi , otras pedante , otras sordida , pero son mas formas que fondos . En ocasiones vuelvo a escritores que me gustaron y no los soporto ( Herman Hesse) .

La poesia me gusta , no es que lea a diario , pero si que de vez en cuando .

Yo no soy un lector serio , que crea que la literatura prosa o poesia le pueda salvar la vida a la gente .

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Francis, ya ves que el texto lo ha colgado PÁJARO GOPITA. A ver si vuelve a pasar y te deja dicho de donde lo ha sacado...
Lo que Google ofrece es esto:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=38549

Anónimo dijo...

Es un librito que se llama directamente 'Contra los Poetas'

Saludos

Anónimo dijo...

Por cierto, Coco, me gusta el texto de Gombrowicz (generalmente me gustan sus reflexiones) aunque no estoy de acuerdo en algunos puntos o langostinos del mismo (punto y contrapunto van de la mano)

Salu2

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Un saludo, anónimo. De langostinos o contrapuntos, sírvete tú mismo...

Anónimo dijo...

Hay que ver lo bien que argumenta este señor Gombrowicz. ¿Os imaginais un artículo semanal suyo en un periódico de hoy en día?
Ciencia ficción...

Anónimo dijo...

muy interesante la polémica. de momento lo dejo ahí... mi comentario es de los que quedan abiertos a diferentes interpretaciones posibles y todas acertadas seguramente... en serio, me pongo las pilas otro momento. bsos asquerosos de esos que doy a mi sobrino con babas para que se acuerde de mí mientras se limpia la mejilla.

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Bueno, bueno, este Gombrowick está bien pero estira del tema como de un chicle. Yo con mi media docena de langostinos había dicho lo mismo para el que los quisiera digerir. Claro que si se prefiere dejar que otro digiera por uno...No es que quiera provocar.
Luego está eso de que la literatura pueda salvar la vida de alguien. Todavía unos langostinos en su momento...

Anónimo dijo...

en serio que la literatura puede salvar la vida a alguien? en sentido metafórico o literalmente? supongo que sí, si se entiende como salvarla del tedio, de la rutina, de la mediocridad. pero coco, para qué decir en dos líneas lo que puedes decir en un libro y además bellamente escrito? por ejemplo: Chinaski podía haber dicho mi vida es una mierda, empezó mal y siempre ha sido así, pero yo prefiero las 287 páginas, no?? es un decir, claro.
sobre los langostinos, le preguntaré a mi madre, que como una madre no cocina nadie, vete tu a fiar del sofrito de un pájaro gopita!! por cierto, y que es semejante cosa? sdos

´´ dijo...

hanako / coco

No creo que la literatura te pueda salvar la vida , te puede salvar un fin de semana y si es muy bueno el libro quiza hasta un Lunes .

Escribir si que me parece mas interesante porque lo escupes .

Me voy a clapar .

Anónimo dijo...

Hola,
GOMBROWICZ, Witold. Contra los poetas. Ed. Sequitur, Madrid 2006, 6 €.
El librito tiene unas ochenta páginas y el texto que colgué resume lo esencial (es la primera conferencia) y ocupa hasta la veintitantos. Digamos que unos trescientos gramos del kilo de langostinos.

Hola Hanako,
Gopita es un pájaro acuático que da buena suerte a quien lo ve. O eso escriben por ahí.

Besos píos píos

Anónimo dijo...

coco, sorry. ayer me pillaste tio con lo de Bloch... ya ves no había leído todavía el texto de Gombrowicz y no lo cogí, claro. me alegro de estar haciéndolo ahora (estoy en ello, pero en cuanto lo he leído me he dado cuenta de mi metedura de pata) y me está gustando mucho. por ahora estoy de acuerdo con lo que dice respecto a los poetas que escriben para el "dios del arte". por eso siempre he pensado que el tiempo es un buen tamiz del arte, hace falta perspectiva para distinguir una obra de una filigrana, no sé, sigo con ello...

pájaro gopita nunca he visto a un ejemplar de tu especie, a lo mejor por eso lo de la suerte? tampoco me quejo, no me va mal. no tendrás una foto??? sdos

Anónimo dijo...

definitivamente me ha encantado el texto de Gombrowicz, aunque le he visto un poco ingenuo al final (de la conferencia, no sé del libro)

"El mundo se vería en situación desesperada si cada año no entrase un nuevo contingente de seres humanos, frescos, libres del pasado, no comprometidos con nadie ni con nada, no paralizados por puestos, glorias, obligaciones y responsabilidades, seres, en fin, no definidos por lo que ya han hecho y por lo tanto, libres para elegir."

ojala fuera así, con 16 creía que se podía cambiar el mundo, ahora ya no soy tan ingenua y es una lástima. sdis

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Hanako, eso de Bloch...¿Me tomas por "melenas" de lo de Chiqui? No era yo.
Gombrowick, cuando habla de esas generaciones limpias puede referirse a los zulúes y bantús que aún no tengan televisión ni quieran tenerla, a los jíbaros o lacandones que pasan del coche, y a los iletrados a conciencia y decisión propia que se crían por aquí, que no tienen porqué ser todos cretinos con aspiraciones de reyes del tunning y del botellón continuo. (¿Y quien nos dice que la esperanza, el futuro, no está en el mundo del tunning, por ejemplo?)
Y, aunque la esperanza dure hasta los dieciséis, como en tu caso, esa dosis de fe que cada generación le inyecta al mundo, es justo lo que necesita para aguantar hasta que llega la siguiente. Puede que la cosa cambie cuando la gente, a nivel generacional, pierda la esperanza a los ocho años o cuando consiga mantenerla hasta los 32, por ejemplo.

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Por cierto, me temo, en el mejor sentido, que todos los que pasamos por aquí hemos visto un pájaro gopita alguna vez.

Anónimo dijo...

pues sí te confundí entonces coco, pero es lo mismo, al fin y al cabo leí el comentario que es lo que importa... melenas, donde andas?

espero que el futuro no esté en manos de los tunneadores, no sé por qué pero espero que no sea así. todos habéis visto un pájaro gopita menos yo?? vaya. sdos

Anónimo dijo...

Hanako,
Coco teme bien, y en el peor sentido de la palabra. Soy un pájaro tuneado.
Las fotos ya las debes tener, aunque nunca las colgara en flickr como me recomendaste.
Me alegro de leerte.

Anónimo dijo...

vale, vale pájaro gopita: ahora ya si que me he liado, aunque lo del flickr es un buen dato. ya ves, ando por aquí, por allí... aquí al lado, vamos que entre amigos. sdos

estrella dijo...

Hola Coco. Que pájaro más raro anda por aquí. Podría usted escribir una entrada para mi blog?.
Me encuentro como en casa Coco. Volveré
Seguimos abiertos!

´´ dijo...

COCO

http://www.fabchannel.com/

Si vas a esta pagina , hay un concierto de JOHN CALE , que te puede molar , facil de ver solo clicando y de gratis .

Coco Becerra (Pepe Boada) dijo...

Chiqui, me alegro de que no cierres, enseguida me paso por allí.


Francis, gracias por el link. Voy p'allá

Anónimo dijo...

Hola Hanakol,aquí estoy,comiendo en casa de Miguel de Falol,la supongo entelada ya a estas holas de este suceso.Feliz siesta.Nobleza ombligo activista viejo nucleal.

Anónimo dijo...

melenas, me despistas un huevo lo reconozco, no lo encuentro!! jopeeee, anda dime dónde.

hoy no hay siesta, hoy hay caló caló y má caló. bsos

Anónimo dijo...

melenas (te voy a planchar el pelo, colega) después de mucho cavilar durante cinco min o así (pues no parece un pintor muerto), buscar distintas combinaciones de Miguel de Falol en google (qué bonito el faro de San Miguel) y de elucubraciones sobre amigos en común donde pudieras estar comiendo (probablemente la opción más acertada o descabellada? langostinos tal vez?)... te informo que no me doy por notificada del suceso, un poco perdida, pero bueno... se me encenderá la lucecita del entendimiento un día de estos? podría ser, a veces soy un poco lenta. sdos