domingo, 5 de octubre de 2008
Porqué me dejan frío las albóndigas
Cuando tenía siete años, un día, al volver a casa del trabajo, encontré a mi madre haciendo albóndigas. ¿Dónde está Fido, mama? le pregunté. Fido de ha ido, me respondió ella. Y no me insultes llamándome cosas raras, niño.
Me senté a la mesa intentando acelerar el trámite, pero como no podía aguantarme, -la temperatura corporal me había bajado veinte grados- me puse a lamer mi servilleta; estando sucia de sólo medio año apenas tenía sustancia, pero mejor eso que nada. Continué con las de mi madre, -esa señora extraña en casa a la que conocí al cumplir trece años- y con la de mi padre, esa bellísima persona a quien nunca me presentaron. Como la comida no llegaba, pasé a chupar los cubiertos, estos sin lavar desde el día que se estrenaron. Seguí por el mantel y los platos, pero como resultara insuficiente para mi carencia, me amorré al suelo y fui lamiendo el reguero de las comidas derramadas desde hacía cuatro veranos en su tránsito de la cocina al comedor. Como mi madre o señora extraña saliera a hacer una necesidad innecesaria en la calle, aproveché para meter la lengua primero y después la cabeza toda en la cacerola donde se guisaban las albóndigas a fuego lento. Allí estaba Fido, que no se había ido. Como el perro estaba caliente creí que recuperaría de inmediato mi temperatura ambiente, pero el infiel de él, salió a la calle y cogió a mi madre por el talle, detalle que jamas les perdonaré a las albóndigas, a ella, ni a él.
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6 comentarios:
Te diré que me ha encantado la canción, tanto que me la quedo para yo también usarla, bonito título, por cierto, el de la canción, digo. Las albóndigas me encantan. Me gustan tanto, que ni después de terminar de leer tu historia, que no me ha dejado fría en absoluto, siento el más mínimo rechazo hacia ellas. Creo que voy a ver si encuentro para merendar. Lo de que Fido prefiriera el talle de tu madre al tuyo, quizás sea debido a que te hallabas en uno de esos momentos de piernas encogidas hasta las mísmísimas axilas, y claro, ni el agudo olfato de un perro es capaz de distinguir un talle así. ¿O tú también eras un perro? ¿Y eras azul? ¿con rizos o sin rizos? ¿salías a la calle a hacer tus necesidades o te sacaban? El lamido es la mejor manera de limpiar que hay... yo montaría una empresa de lamedores profesionales a domicilio "El limpiar se va a acabar: LAMETON es su solución". Hasta en tiempos de crisis hay que limpiar las casas... Me voy, que esto de no haber merendado tiene un peligro. Besugos con salsa albondiguera.
Qué de preguntas, CarlAta. No puedo darte la respuesta a ninguna sin mi abogado presente, pero puedo decirte para tu conocimiento, que mejor método de limpieza (y con más marcha) que el lamido es el relamido-si-solfa.
PS. Lo de las piernas encogidas creo haberlo escuchado en otra parte.
PS2 Playstation
Yo, de niño, miraba al cielo y veía las estrellas fijas. Gracias a tu vidrio he podido comprabar que se mueven, tal como nos decían en el cole.
Y si la salsa no es espesa, las albóndigas también.
Sí, este vídeo es muy educativo; ves moverse las estrellas de la Vía Láctea y casi llega a verse algún agujero negro.
Las albóndigas tal vez, la salsa puede y el bolero quizás, quizás, quizás.
balla ya veo que andan los tres de un berde suvido:carlota como sienpre en su linea con su pelo.y los dos cavayeros de tanto mirar a las estreyas esas que se vanvolean.oyes coco mestraña que con una infancia asin allas salido tan normalito.aunque a mi me paso parecido y mirame tanbien normalita entera.algun dia te contare.prepara clines y no pa los mocos.abrazos
Yo creo que si se mete usted en el microondas y se aprieta un minuto, las albóndigas se lo agradecerán.
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